lunes, 2 de junio de 2008




Voluntariado en apoyo a Refugiados Palestinos.
Por: Berna

Es medio de una búsqueda del camino hacia la acción social, y cuando los espacios de expresión y comunicación on line, son nuevos para mí, como lo es facebook, a través de esta vía fui invitada a formar parte del grupo “Refugiados en Chile”, que busca generar redes de apoyo para ellos.
Una causa noble si consideramos que quienes ingresan bajo esta calificación a este Chile lindo, lindo como un sol, lo hacen porque estando en sus países de origen, sus vidas corren peligro. Entendiendo esto, me uní al grupo, aunque aportar con algo más que sumarle adeptos, no era mi intención. Pero un día llegó una solicitud para hacerse voluntario en la causa e integrarse como miembro activo en el reasentamiento a refugiados, palestinos en este caso.
La verdad, no hay nada sanguíneo ni histórico que me una a la cultura musulmana, pero el interés por saber más de ella, por entender las razones que los hicieron arribar acá y mis ganas por crear un camino concreto hacia la acción social, hicieron que me reclutara como voluntaria. Lo agradezco, pues aunque sea difícil de creer, integrase como tal en fundaciones o corporaciones, no es simple, ya que no sólo hay que cumplir una serie de requisitos, sino que debe haber vacantes disponibles… Así es que me uní. Y ayer compartí la primera actividad masiva con ellos, en un paseo al Zoológico Metropolitano de Santiago…. Sin saber mucho con qué me encontraría, debo decir que esta ha sido una experiencia increíble. Llegué al lugar donde Ángel, el tutor de este grupo, me había citado. Se trataba de un condominio especialmente adquirido para nuestros nuevos visitantes…Familias completas salieron de su país y se vinieron a Chile, esperando ser acogidos… Lo cierto es que podría decir que son ellos los que nos acogieron…. Ávidos de aprender de nosotros, con un empeño incansable por hacerse entender y por demostrar su alegría de estar acá, nos abrieron las puertas de sus casas y nos incluyeron como un miembro más del grupo. Luego de disfrutar del auténtico sabor del café, preparado por Omar uno de los padres de familia de refugiados, iniciamos el viaje al zoo. Pura felicidad ahí. Los niños preguntando todo, los adultos sonriendo y nosotros los voluntarios disfrutando de una de las experiencias más enriquecedoras, sin hacer ningún esfuerzo mayor, màs que simplemente compartir con ellos… Yo creo que no se trata de que aquellos extranjeros que llegan a hacerse parte de nosotros, se adapten a las costumbres y las adopten, lo interesante es que los chilenos seamos capaces de acoger a un grupo de cultura tan diferente, lo acojamos, lo respetemos y aprendamos a entender que las diferencias no son más que parte de la historia del mundo y de la individualidad que nos hace ser únicos en la vida.
Es cierto, puede que entre nuestros mismos compatriotas, haya muchos que necesiten ayuda e innumerables causas internas en las que se podría ejercer voluntariado. No lo descarto. Sin embargo, agradezco la oportunidad de poder participar en este encuentro cultural, donde la felicidad de quienes se integran a nosotros es tan grande que es imposible no contagiarse… ¿Cómo no sonreír junto a Omar cuando cada cosa que ve la encuentra maravillosa?, cuando los niños juegan contentos, cuando la tranquilidad de sus corazones, se transforma en alegría y gratitud, y por ende en recompensa para nosotros… Un día después, sólo espero que podamos compartir pronto otra actividad juntos!!!.