miércoles, 10 de diciembre de 2008

Reconocimiento al voluntario

El día miércoles 10 de diciembre se llevó adelante una actividad de reconocimiento al trabajo que realizan, diariamente, los voluntarios del Programa de Reaasentamiento Humanitario.

Participaron representantes de la Vicaría Pastoral Social y de los Trabajadores, ACNUR y los voluntarios.


En nombre de los voluntarios, Ana María dirigió las siguientes palabras:

"Ya son varios meses del momento que, algunos de nosotros, al ver las imágenes que nos traían las noticias desde el campamento al tanf, nos sentimos llamados a actuar para apoyar la llegada de nuestros hermanos palestinos.

Quiero detenerme un poco en este hecho. Sin duda, creo no estar equivocada, la mayoría de las personas se estremece al ver en los medios, niños heridos en alguna guerra, se estremece al ver el hambre de cientos de miles de personas, se estremece al ver familias destruidas por desastres naturales, enfermedades o armas, sin embargo lamentando honestamente tanto dolor, no hacen nada. Creo que los que estamos aquí, esos días nos preguntamos que podíamos hacer para ayudar a estas familias insertarse mejor en nuestro país, nos preguntamos como hacerlo, nos preguntamos donde, pero nunca nos preguntamos porque.

Recuerdo haber pensado en como sortearía la barrera del idioma y por supuesto cultural, pero rápidamente me di cuenta que cuando hay voluntad nada es imposible. El primer día tuvimos una charla bastante coherente con la familia que conocimos, de ahí en adelante una mezcla de árabe, ingles, español, gestos, dibujos nos ha acompañado en nuestras conversaciones, visitas, salidas y estoy segura que para todos nosotros ya no es un problema.

A diferencia de algunos, yo no tengo ascendencia palestina, ni tenía hasta ahora amigos palestinos, sin embargo le tengo cariño a este pueblo y comparto su causa. Por lo tanto, para mi ha sido un regalo, a través de este voluntariado, el poder conocer sus costumbres y su historia. Y mi y a mi hijo que me acompaña cada semana a visitarlos, nos han abierto las puertas de su casa, nos han invitado a su mesa, nos han entregado su amistad y gratitud. Hoy les puedo contar que hemos compartido el narguile, comido mamules, aprendido del ramadán, hemos escuchado de su vida en Irak antes de la guerra, de cuando tuvieron que dejar sus casas, de ese tiempo en el campamento, de los sueños y anhelos que hoy tienen, de lo difícil que es muchas veces este momento para ellos. Sin embargo, en cada abrazo que nos dan, cada mano al corazón que se llevan, cada frase indescifrable que pronuncian nos deja el convencimiento que de cada uno siente que aquí tiene una oportunidad.

Amigos, en tiempos de tanta indolencia, también es nuestra labor, y a veces más difícil, contagiar a otros de solidaridad, a nuestras familias, amigos, compañeros de universidad o trabajo. Que otros sepan que nuestro país recibe a refugiados, que además de los palestinos, están los colombianos, los haitianos y africanos, que todos ellos piden una oportunidad. Explicarles a otros que los refugiados tienen derechos, hacer la sencilla pregunta de si ellos estuvieran en medio de una guerra o si nuestro país no les ofreciera la seguridad necesaria, acaso ¿no buscarían refugio en otro? ¿ y acaso, no esperarían tan sólo, una oportunidad para reconstruir su vida en otro país?.

Hoy hemos recorrido con más aciertos que errores nuestros camino como voluntarios del programa de reasentamiento, nos vienen más desafíos que sin duda vendrán acompañados de más gratificaciones, de más experiencias, de nuevos amigos y así daremos un paso más hacia nuestros sueño de construir un mundo mas justo, más humano, más seguro".

Ana María
Voluntaria.