jueves, 15 de mayo de 2008

Impresiones

Es díficil quizás en un primer momento ponerse en el lugar de losreasentados palestinos que han llegado a Chile.Cuesta imaginar que tras esas sonrisas y simpatías haya un pasado extremadamente duro.Pero a su vez es una alegría enorme e indescriptible el hecho de darles una mano en momentos que lo necesitan.El dia 14 de mayo han llegado siete familias a recoleta, el mismo día,nosotros los voluntarios pudimos estar con ellos, recibirlos en su nuevo hogar y simplemente darles una sonrisa de Bienvenido querido hermano.Creo que el sentimiento se resumen bien de esa forma, no se trata de algo complejo, no se trata de algo díficil, se trata de la profunda alegría quele podría generar a cualquier ser humano el hecho de ayudar a otro. Es curioso pero la actitud de estar al servicio se contagia y se expande a todos los ámbitos de nuestras vidas. Ya no es lo mismo andar en metro, por ejemplo. Ya no es lo mismo el trato con la gente en general pues uno ya se ha fundido de un espiritu de ayuda, solidaridad, amor y comunidad. Es inevitable que ello no se expanda como una fuerza arrolladora y contagie al más amargado pasajero de nuestro querido transantiago. Hablamos de algo mágico, hablamos de algo de lo que no me pueden pedir explicaciones, simplemente prestarse para vivirlo. Se agradece a la vicaría la oportunidad que le están dando a esta gente y la instancia que nos dan a los voluntarios de experimentar sensaciones muy hermosas y conocer, en primer plano, una cultura tan interesante como la árabe y más especificamente, la palestina.
Daniel Nuñez Escobar.

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