domingo, 18 de mayo de 2008

Hola Ángel:

Estoy feliz y ahora escribiendo este informe siento una sensación demasiado linda, porque empiezo a recordar la experiencia vivida este día, me gusta como siento el pecho y el corazón después de haber dedicado mi tiempo a álguien que no soy yo, quedé con gusto a poco, me habría gustado haber compartido más con todos los refugiados.

Se siente tan bien estar vibrando en esta frecuencia!!!

Mi compañera voluntaria fue Liliana y tuvimos asignada a la familia conformada po Ajma con sus dos hijos, Ahmed e Isrra. (creo que así se escriben sus nombres)

"El primer contacto: Cuando estuvimosa a solas con la familia en su departamento, pude sentir inmediatamente una actitud acogedora de parte de Isrra y un poco tímidos la madre y el hijo, pero siempre cálidos, en ese momento lo único que nos comunicaba eran las miradas, los gestos y las sonrisas, porque ni ellos como familia, ni nosotras como voluntarias entendíamos ni una palabra que salia de sus bocas, en ese momento solamente escuchaba sonidos nuevos y palabras irreproducibles, seguramente ellos estaban en la misma situación, fue ahí cuando nos dimos cuenta lo mucho que nos hacía falta tener por lo menos un diccionario cerca o un traductor salvador, aun así, eso no fue impedimento para que siguieramos intentando entendernos. Hubo un momento muy lindo para mi, cuando le hice entender a Isrra lo hermosa que se veía con su pañuelo en la cabeza y lo delicado y femenino que me parecía, ella trajo uno desde su pieza y me lo puso en la cabeza.

Antes de salir de la casa, les dijimos a señas que iriamos a llamar por telefono a la familia, pero ellos nos decían que no tenían que llamar a nadie, lo cual me pareció extraño... entonces decidimos llevarlos al Metro para que compraran la bip y de paso lo conocieran, camino al metro, Isrra con algunas palabras en inglés que se sabía, nos decía que su papá y mamá estaban más adelante, y eso nos confundía aun más, luego nos dimos cuenta que todas esas familias pertenecían a un gran nucleo familiar, y cuando se encontraron en el metro ya no pudimos separarlos más.
Me gustó sentir como Isrra buscaba abrazarme para caminar por la calle, me dieron ganas de ser su hermana mayor y así desarrolle mi actitud con ella durante la visita a la vega, también así con Ahmed. Ese momento en la Vega fue un jugar a nombrar las cosas, yo apuntaba algo y decía su nombre en español e ingles, y ellos respondían como se decía en árabe, noté la necesidad que tienen de hacernos entenderlos desde su idioma, también querían enseñarnos e integrarnos, eso me hizo sentir integrada a ellos, la verdad no recuerdo todas las palabras que nos enseñaron, pero por lo menos ese juego sirvió para comunicarnos de alguna manera, y además me di cuenta de lo inteligentes que son, porque dicen más palabras en español que yo en árabe. Me resultó muy favorecedor el sentirlos como invitados y por eso es que me nació el hacerles un regalo a los tres, no fueron grandes cosas, solamente un detalle, con el cual hacerlos sentir que les daba la bienvenida a nuestro país y que pueden contar conmigo para lo que necesiten.

Me gusta el hecho que hayan llegado como un grupo familiar completo, con abuelos, tíos y sobrinos, todos juntos, eso sin duda les ayudará a estar mejor en nuestro país, la familia es muy importante, el apoyo sanguineo, el sentir que están los suyos, que están unidos".


Natalia Pilar Soto Canales
Voluntaria

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