martes, 3 de junio de 2008

El sábado mi hijo Tomás me acompañó a la actividad que teníamos planificada. El tenía muchas ganas de conocer a los niños y sus familias y estaba un poco expectante ante el encuentro. Cuando llegamos me dio gusto ver como se comportó, muy sociable y como me decía que los niños eran simpáticos y afectuosos. La visita al zoológico fue maravillosa, creo que todos, adultos y niños disfrutamos de esa tarde.

De vuelta a sus casa me divertía ver a Tomás junto a un niño bromear y como a ratos parecían tener una tremenda conversación. Sin duda, el idioma de la amistad es mágico y universal.

Hoy día quiere volver a ver a sus amigos palestinos y veo como esta, aplicadamente, estudiando algunas palabras en árabe que lo ayuden.

Veo a Tomás y veo a todos los voluntarios, a nosotros, todos muy motivados, agradecidos de esta oportunidad, preocupados por nuestros amigos, si llueve, si hace frío, si faltará algo…esperando la próxima actividad.


Ana María Olivares
Voluntaria

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